Cibercultura, ¿realidad o invención ?

El motivo de mi artículo es analizar el concepto de Cibercultura y si en realidad este concepto se ajusta a lo que podemos clasificar como Cultura. Nos movemos dentro del ámbito de lo que denominamos Ciberespacio, « espacio metafórico, espacio de comunicación, abierto por la interconexión mundial de los ordenadores »[1]. Según el mismo Levy, « Cibercultura es el conjunto de técnicas, de maneras de hacer, de maneras de ser, de valores, de representaciones que están relacionadas con la extensión del Ciberespacio… »[2]

¿Que podemos entender como Cultura ? « Cultura es ese todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, la costumbre y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad »[3]. La Cultura tiene una serie de características que la hacen diferente de otros procesos que podemos clasificar como de aprendizaje. Básicamente la Cultura es aprendizaje. C. Kottak lo distingue[4] del aprendizaje individual situacional que es cuando este se basa en la misma experiencia, es propio de los animales, y del aprendizaje social situacional en el que se aprende de otros miembros del grupo social, no necesariamente a través del lenguaje. Compararé la que podríamos denominar Cultura tradicional con la nueva Cultura del Ciberespacio o Cibercultura, intentando con ello comprobar si es correcto o no equipararlas entre ellas.

Ricard Faura i Homedes faura@upf.es

Doctorando en Antropología Social Universitat de Barcelona Catalunya – Estado Español-

Me gustaría partir de dos conceptos fundamentales y previos a esta reflexión, Cultura y Cibercultura. Como Cultura entendemos « … ese todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, la costumbre y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad »[5]. Y como Cibercultura « … el conjunto de técnicas, de maneras de hacer, de maneras de ser, de valores, de representaciones que están relacionadas con la extensión del Ciberespacio… »[6]

Considero la relación existente entre Cultura y Cibercultura como una parte de lo que podemos denominar « Cultura Universal », que daría cabida a todos los diferentes matices existentes en la actualidad en el mundo.

Cuando intentamos definir y comparar cualquier Cultura es fundamental tener muy en cuenta las siguientes características :

La Cultura se transmite de generación en generación.[7] Es fundamental en esta primera característica delimitar el concepto de generación tal y como lo podemos considerar dentro del ciberespacio. La « vida » de Internet, entendiendo como vida el tiempo que ha estado más o menos accesible al gran público, es de unos veinte años, periodo que representa en la vida real casi una generación. La « vida », pero, « dentro » del Ciberespacio transcurre a otro ritmo mucho más acelerado de lo que puede transcurrir fuera de él. Es por ello que una generación en términos del Ciberespacio transcurre en un periodo mucho más corto. Podemos hablar de unos cuatro o cinco años por generación. Sin embargo, este paralelismo puede tener algunos puntos discutibles uno de ellos se produce al comparar el número de generaciones que pueden convivir a la vez. Vemos que fuera del ciberespacio no acostumbran a convivir más de tres generaciones a la vez, en el Ciberespacio podrán coincidir más de diez. La mecánica de la transmisión de conocimientos acostumbra a ser de una generación a su inmediatamente inferior, o a lo sumo a la siguiente. En el Ciberespacio, el proceso de transmisión de conocimientos no tiene por que seguir ningún tipo de esquema determinado. Esta posibilidad proporciona un mayor enriquecimiento Cultural al compararse diferentes puntos de vista y grados de conocimiento, con muy pocas probabilidades de que este conocimiento pueda perderse durante dicho proceso. Este último factor, el intercambio transgeneracional, salvo contados conflictos, aporta un gran valor añadido y más si se ve favorecido por las grandes facilidades de intercambio de información que nos ofrece el Ciberespacio.

En el momento de hacer un análisis del proceso de transmisión de conocimientos, nos encontramos con la enorme ventaja de tener a todas las generaciones « delante » de nosotros, ventaja que por otro lado quisieran tener todos los antropólogos Culturales cuando inician cualquiera de sus estudios.

De bien pequeño, toda persona, mediante el aprendizaje, tanto de manera consciente como de manera inconsciente y a través de la interacción con los demás miembros de su entorno, realiza el denominado proceso de endoculturación o integración Cultural de un miembro a su propia Cultura, proceso clave dentro del aprendizaje en el Ciberespacio.

Para poder analizar correctamente el posible impacto cultural en el Ciberespacio hemos de tener en cuenta aspectos tan importantes como el Espacio Personal. Cada Cultura tiene un espacio físico personal diferenciado. Los primeros y más visibles « desarreglos » Culturales se producen en este campo, cuando Internet, y de alguna manera, unifica estas posibles diferencias. Cuando hablamos de Espacio Personal, estamos hablando de un concepto que hace referencia a un espacio físico. Lo podemos asociar al espacio mínimo vital que cada cultura considera necesario para relacionarse de manera normal y fluida con los demás. Si nos trasladamos al ámbito del Ciberespacio, este factor desaparece debido a la inexistencia del contacto físico. Tendríamos que analizar más profundamente si esta carencia viene compensada por los distintos matices y registros en el área del lenguaje escrito. Si de alguna manera esta posible proximidad o lejanía viene reflejada de manera verbal.

La Cultura es simbólica. El antropólogo Leslie White, definió a la Cultura como « un continuum extrasomático (no genético, no corporal) y temporal de cosas y hechos dependientes de la simbolización… La Cultura consiste en herramientas, utensilios, vestimenta, ornamentos, costumbres, instituciones, creencias, rituales, juegos, obras de arte, lenguaje, etc. » Más adelante White nos dice que el origen de la Cultura se produjo en el momento que el hombre adquirió la capacidad de simbolizar o « de originar libre y arbitrariamente y dotar a la vez de significado una cosa o hecho, y, correspondientemente, (…) captar y apreciar tal significado ».[8] Entendemos como símbolo algo verbal o no verbal, inmerso dentro de una determinada Cultura o lenguaje.

Podemos considerar como símbolos más utilizados en Internet a los Iconos. Su iconografía es uno de los factores más determinantes dentro del Ciberespacio. Esta iconografía ayuda a unificar a la llamada Cibercultura de manera muy similar a lo que sucede internacionalmente con las señales de tráfico. Todo el mundo, dentro del Ciberespacio, conoce perfectamente el significado de cada uno de sus símbolos. También podemos citar el caso de los denominados Emoticons[9] o símbolos utilizados por los internautas para expresar su estado de ánimo en momentos y entornos en que se produce una relación más directa entre interlocutores, como es el caso del correo electrónico y de los denominados Chats o conversaciones en tiempo real.[10]

Cuando hablamos del papel de la naturaleza sobre la misma Cultura, en el caso concreto del Ciberespacio este factor es inexistente o por lo menos inapreciable. En este punto es mucha la similitud con el mundo real, la Cultura está por « encima » de la naturaleza, esta ejerce su influencia pero es al final la Cultura quien marcará sus límites. Analizando las posibles consecuencias que puede tener el entorno natural sobre la evolución más o menos rápida de un país o región dentro del Ciberespacio, es muy posible que un país frío tenga muchas más posibilidades de explotar sus sistemas de comunicación vía telemática que otro con un clima más mediterráneo. Como también parten con ventaja los lugares más recónditos e incomunicados, pero estas características pueden verse compensadas o incrementadas por otras Culturalmente o económicamente más determinantes.

No podemos pasar por alto, el aspecto totalizador de la Cultura. La antropología considera que la Cultura lo abarca todo. Aparece en este punto una contradicción cuando la comparamos al concepto Cibercultura. Podría considerarse pues, que la interacción que se produce entre los hombres y las máquinas, y en este caso concreto a través de terminales y pcs, forma parte de la propia Cultura. ¿Por qué tendríamos que diferenciar esta interacción de la que pueden tenerse con otro tipo de máquinas o tecnologías ? Una respuesta quizás sería que detrás de estas máquinas existe una relación y una comunicación entre diferentes personas.

Pero este tipo de relación también se produce, de alguna manera, en el caso de la telefonía y en ningún momento se ha hablado de la TelefonoCultura o de la Cultura de la Telefonía. Hemos de considerar también, que mediante el teléfono solo se produce una transmisión de voz mientras que en el Ciberespacio convergen más componentes como son la posibilidad de transmitir a la vez voz e imagen, aspectos que lo enriquecen comunicativamente mucho más.

La Cultura es compartida. La Cultura se transmite a través de los grupos a los que se pertenece que son los encargados del proceso de enculturación. El sentimiento de pertenecer a un grupo está claramente marcado dentro del ámbito propio del Ciberespacio. Los cibernautas se sienten ligados e identificados a los demás miembros de esta comunidad y mucho más cuando hablamos de comunidades o grupos de interés o discusión formados dentro del mismo ciberespacio.[11]

Como base donde poder establecer comparaciones con las llamadas Culturas tradicionales, seria conveniente partir del concepto valores centrales,[12] teniéndolos a estos como claves y básicos. Estos valores centrales integran cada Cultura y ayudan a distinguirla de otras. ¿Cuáles son estos Valores Centrales en el Ciberespacio ? Pocos son los estudios fiables realizados sobre la Cultura del Ciberespacio y ninguno con carácter reciente pero consideraré como claves los siguientes :

Individualismo. Esta es una característica muy asumida por todos los círculos afines al Ciberespacio, aunque últimamente se han levantado algunas voces contradiciendo esta mayoritaria opinión. No deja de ser contradictorio que un proceso que de alguna manera ha logrado revolucionar al mundo de las comunicaciones, sea considerado como paradigma del individualismo y la incomunicación.

El valor de la Iniciativa. « Todo es posible si uno se lo propone ». Estaríamos hablando de la reedición del llamado Sueño Americano. El valor de la Iniciativa está directamente relacionado con la posibilidad de un enriquecimiento económico rápido, « todos tenemos la posibilidad de hacernos ricos ». Valor por otro lado estrechamente vinculado con el anteriormente comentado del individualismo.

Llegado a este punto, quiero resaltar el origen de la ideología que puede estar detrás del nacimiento de la Cibercultura. Hemos de partir de Estados Unidos de América, país donde nació Internet y donde más peso específico ha ganado la idea de un nuevo espacio para la Cultura dentro de él. Tanto estas características que he destacado como las que comentaré seguidamente, se ven muy reflejadas en lo que Barbrook y Cameron han llamado Ideología Californiana[13]. Esta ideología aparece al producirse una alianza espontanea de escritores, hackers, capitalistas y artistas de la Costa Oeste de los Estados Unidos y ha conseguido definir una ortodoxia heterogénea para la naciente era de la información. Esta nueva fe ha emergido de una extraña fusión entre la bohemia Cultural de San Francisco y la industria de tecnología punta del Valle del Silicio. Promovida en revistas, libros, programas de televisión, sitios web, grupos de discusión de Usenet y conferencias de la Red, la Ideología Californiana combina, de forma promiscua, el espíritu despreocupado de los hippies y el ardor empresarial de los yuppies. Esta amalgama de realidades opuestas ha sido posible gracias a una profunda fe en el potencial emancipatorio de las nuevas tecnologías de la información. « Esta visión optimista del futuro ha sido abrazada de forma entusiasta por informáticos tecnófilos (nerds), estudiantes holgazanes, capitalistas innovadores, activistas sociales, académicos modernos, burócratas futuristas y políticos oportunistas a lo largo y ancho de los Estados Unidos ».

Igualdad de Oportunidades. Este « socialismo tecnológico » se da solamente sobre el papel ya que los condicionantes económicos previos son determinantes en el Ciberespacio[14]. Aquí queda clara la vinculación con la ya citada Ideología Californiana, donde subyacen principios y premisas defendidas por los Hippies de la década de los sesenta, muchos de los cuales en la actualidad ocupan cargos de relevancia, tanto en el ámbito político como en el económico.

Liberalismo Político. Este punto lo vemos reflejado en la práctica por la solicitud de no intervención de las instituciones públicas y así impedir que estas marquen las pautas de funcionamiento dentro del Ciberespacio. Se rechaza cualquier tipo de traba que la ley pueda poner. Se propugna la no-existencia de fronteras ni límites jurisdiccionales. Se detecta también una clara tendencia a la uniformización idiomática teniendo como lengua « Franca » al Inglés. Se rompe claramente con la premisa de la igualdad ya que las demás lenguas parten con grandes desventajas.

Y finalmente destacaría un alto índice de « religiosidad », entendiendo esta religiosidad como una fe hacia la ciencia y la tecnología. A través de ella podremos obtener o acceder a todo, son la « puerta » hacia un futuro mejor. Es el dominio de los denominados Integrados frente a los Apocalípticos[15].

Es a partir de estos valores centrales que podremos establecer paralelismos y comprobaciones con otras de las llamadas Culturas tradicionales.

Conclusiones

Antes de entrar en el apartado de las conclusiones, distinguiré dentro del Ciberespacio, a dos tipologías de personas claramente diferenciadas. Las primeras utilizan el Ciberespacio meramente como un espacio de comunicación a la vez que como una herramienta para esta comunicación. Este grupo de personas, me atrevería a decir que son la mayoría, no comulgan con ningún tipo de distinción o separación respecto a su ámbito cultural concreto en el momento en que navegan por el Ciberespacio. Existe una convivencia entre sus hábitos culturales y los que imponen de alguna manera Internet. La otra tipología sería la de los que su estilo de vida viene marcado por Internet. A estas personas, que se las puede clasificar claramente como grupo. Tienen como principales precursores a determinados medios de comunicación, tanto dentro como fuera del Ciberespacio, que los aglutinan y cohesionan. El ejemplo más claro de ello lo tenemos en la revista Wired[16], revista editada en San Francisco. Son sus principales ideólogos el ya fallecido profesor Marshall McLuhan y el « gurú » del Ciberespacio Nicholas Negroponte, a la vez que habitual colaborador. Esta revista encarna y dirige el proceso de creación y generación de una cibercultura.

Centrándonos pues en este segundo grupo de personas podemos decir que dentro del Ciberespacio existen suficientes características como para poder afirmar que estamos delante de un proceso de creación de una nueva cultura. Sin embargo, esto no llega a cumplirse, si entendemos como nueva cultura una de características únicas y claramente diferenciadas de cualquier otra ya existente, ya que al analizar los valores centrales de esta supuesta nueva cultura, nos encontramos que es la réplica de la anteriormente mencionada Ideología Californiana. Esta ideología nacida en los Estados Unidos de América, reproduce muchas de las propias características de la cultura norteamericana. Exagerando y incidiendo mucho más en algunos puntos clave y característicos de esta.

Estamos seguramente en un momento clave para reorientar este proceso y hacer que todas las culturas, como tales, tenga su presencia en el Ciberespacio, sin tener que renunciar a valores básicos de ella. Ninguna cultura puede imponer criterios o restricciones a otra por minoritaria que esta sea. El Ciberespacio tiene que ser un espacio abierto a todas y cada una de las culturas del mundo, aprovechando así toda la energía que ellas transmiten. Hemos de rechazar el concepto de cibercultura si detrás de el se escudan criterios y postulados unidireccionales y excluyentes. Quizá a partir de ahora tendríamos que empezar a hablar de Ciberculturas en plural. Estaremos, entonces, delante de un verdadero espacio abierto a todo el MUNDO.

ANEXO 1

🙂 Sonrisa

🙂 Sonrisa básica

:] Otra sonrisa

😉 Guiñando el ojo

XD Carcajada

XP Sacando la lengua

😀 Usuario riendo

:’-D Risa con lagrimilla

😮 Sorpresa

🙁 Triste

:'( Tristeza con lagrimilla

:-I Indiferencia

:-> Comentario sarcástico

> :-> Comentario diabólico

%-) Usuario mareado

:-^) Usuario está resfriado

:-)^ Usuario está babeando

:’-( Usuario está llorando

:-@ Usuario está gritando

:-& Usuario no puede hablar

0 🙂 Usuario es un ángel

:-X Los labios están sellados

:-/ Usuario es un escéptico

* :O) Usuario es un payaso

:-9 Usuario relamiéndose los labios

😐 Usuario no sabe qué decir

[] Abrazos

:* Besos

:*** Muchos besos

:@ Beso de tornillo

[ :-] Usuario es un robot

8-E7 Usuario está comiéndose las uñas

🙂 » Usuario está babeando

 » 🙂 Usuario está sudando

@— Una rosa

Bibliografía

EL MUNDO DIGITAL, NEGROPONTE, Nicholas Ediciones Beta Barcelona 1995

LA CIBERCULTURA, EL SEGON DILUVI ?, LÉVY, Pierre Proa / Edicions de la Universitat Oberta de Catalunya Barcelona 1998

LA COMMUNICATION INTERCULTURELLE, LADMIRAL, Jean-René Armand Colin París 1989

LA COMUNIDAD VIRTUAL. UNA SOCIEDAD SIN FRONTERAS, RHEINGOLD, Howard Gedisa Barcelona1996

LA CULTURA EN LA COMUNIDAD VIRTUAL ,MIILLAN, José Antonio Revista de Occidente nº 206 Madrid 1998

LA ERA DE LA INFORMACIÓN. Economía, Sociedad y Cultura CASTELLS, Manuel Alianza Editorial Madrid 1996

LA RED. CÓMO CAMBIARÀ NUESTRAS VIDAS. LOS NUEVOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN, CEBRIÁN, Juan Luis Taurus Madrid 1998

LIFE ON THE SCREEN. IDENTITY IN THE AGE OF THE INTERNET TURKLE, Sherry Simon & Shuster Nova York 1995

¿POR QUÉ LOS HUMANOS TENEMOS CULTURAS ? Una aproximación a la antropología y a la diversidad social.

CARRITHERS, Michael Alianza Madrid1995

SOBRE LA CIBERCULTURA , LÉVY, Pierre Revista de Occidente nº 206 Madrid 1998

TECNÒPOLI, POSTMAN, Neil Llibres de l’Índex Barcelona 1994

[1] Pierre Lévy « Ciberespai i Cibercultura » Artículo presentado en la Universitat Oberta de Catalunya. Barcelona 1999

[2] Pierre Lévy « Ciberespai i Cibercultura » Artículo presentado en la Universitat Oberta de Catalunya. Barcelona 1999

[3] Tylor, 1871/1958, p.1

[4] Antropologia Cultural. Madrid McGraw Hill 1997

[5] Tylor, 1871/1958, p.1

[6] Pierre Lévy « Ciberespai i Cibercultura » Artículo presentado en la Universitat Oberta de Catalunya. Barcelona 1999

[7] Kottak, C. Antropologia Cultural. Madrid McGraw Hill 1997

[8] White, L. 1959, p.3

[9] Ver anexo. Artículo “El Lenguaje de los Chats : entra la subersión y la diversión” http://www.ub.es/antropo/ciber/art3web.htm

[10] Joan Mayans Planells « El lenguaje de los Chats : entre la diversión y la subversión » www.ub.es/antropo/ciber/art3web.htm

[11] Ricard Faura Homedes. « La Cultura Local en el Ciberespacio. El papel de las Freenets » Antropologia del Ciberespacio. Editorial Abya Yala Quito-Ecuador 1999

[12] Kottak, C. Antropologia Cultural. Madrid McGraw Hill 1997, página 23

[13] Barbrook, R y Cameron, A « La Ideologia Californiana » ma.hrc.wmin.ac.uk/kids/ma.theory.4.2.1.db

[14] La tecnología necesaria tiene un coste considerable y mas teniendo en cuenta la rapidez en la que esta queda obsoleta, circumstancia que obliga a efectuar inversiones continuadas.

[15] Eco, U « APOCALÍPTICOS E INTEGRADOS » Editorial Lumen Barcelona 1995

[16] www.wired.com

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