Silvia PEREZ & Paula PAZ : Mito y Subjetividad

Cuarto Congreso Chileno Antropología 19 al 23 de noviembre 2001. Campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile

http://rehue.csociales.uchile.cl/antropologia/congreso/s2203.html

Intentaremos reflexionar sobre un punto de conjunción de la Antropología y el Psicoanálisis, es decir en una posible relación existente entre ambas disciplinas. Abordaremos la temática de la cultura como estructurante en el acaecer psíquico. Dicha consideración será la resultante del atravesamiento por dos ejes :

a)la cultura es mediatizada por el discurso parental.

b)La ley que hace hombre o mujer al cachorro humano parte de un mito, en tanto consideramos al mito como una construcción que produce una transformación.

En el mito se juega la operatoria del Complejo de Edipo en tanto permite entrar en una prohibición. Esta prohibición lanza al niño a la exogamia, a lo simbólico, a la cultura.

a)La cultura es mediatizada por el discurso parental.

La transmisión del deseo de los padres puesto en ese hijo a advenir está presente antes de la concepción en tanto es lo que se fantasea, se proyecta, se idealiza ese lugar que ese hijo va a encarnar.

Cuando un bebe nace viene a posicionarse en un entramado de la historia parental. ¿Qué es ese entramado ? Es un mundo de lenguaje. Este entramado va a responder a la historia de ambos padres entrecruzada, conjugada de manera particular- singular.

Ese entrecruzamiento de la historia tiene un fuerte componente social. Es oportuno aquí hacer referencia a esa creencia popular que el psicoanálisis es una teoría de lo individual. En cambio el psicoanálisis sostiene que la historia individual es la resultante de la estructura familiar. Es decir a partir del discurso de un sujeto, discurso que trae, que evoca lo familiar, desde lo que se puede observar que este sujeto- social está sostenido en una red social que es operada desde lo familiar.

El sujeto parte de una referencia familiar endogámica para después interrelacionarse con los otros, fuera del grupo primario. Esta historia subjetiva no sólo está sostenida en la historia familiar sino en el entramado social, desde donde se constituye la representación social. Por representación social entendemos « una modalidad particular del conocimiento, cuya función es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre los individuos. La representación es un corpus organizado de conocimiento y una de las actividades psíquicas gracias a las cuales los hombres hacen inteligible la realidad física y social, se integran en un grupo o en una relación cotidiana de intercambios, liberan los poderes de la imaginación. » (Moscovici ; 1979:17) Estos comportamientos que el sujeto representa, ejecuta, transmite, se han establecido previamente, se han incorporado mediante la relación con el otro, desde la relación simbólica que lo incluye en ese orden ya constituido. El sujeto se constituye como tal en el interjuego de la relación imaginaria- simbólica y real. En tanto sujeto que se incorpora, que es incluido en un orden social y cultural. ¿Cómo se constituye la representación social ? « Mediante sistemas cognoscitivos con una lógica y lenguaje propios. No representan simplemente opiniones acerca de ‘imágenes de` o ‘actitudes hacia` sino teorías o ramas del conocimiento con derechos propios para el descubrimiento y la organización de la realidad. Sistemas de valores, ideas y prácticas con una función doble : primero, establecer un orden que permita a los individuos orientarse en un mundo material y social y dominarlo ; segundo, posibilitar la comunicación entre los miembros de una comunidad proporcionándoles un código para el intercambio social y un código para nombrar y clasificar sin ambigüedades los diversos aspectos de su mundo y de su historia individual y grupal. (Farr ; 1983:655) Condición necesaria como « sujeto cultural » pareciera ser, tener lenguaje, ser sujeto de lenguaje y estar atravesado por él. De allí la posibilidad de simbolizar el sistema social, reproducir y reelaborar las normas y reglas que articulan las relaciones (intra e inter) en el marco de la cultura.

El lenguaje mediatiza y articula la relación con el otro, posibilita la circulación y reproducción simbólica de la ley.

« … la situación más normatizante de lo vivido original del sujeto moderno, bajo la forma reducida que es la familia conyugal, está vinculada con el hecho de que el padre resulta ser el representante, la encarnación, de una función simbólica que concentra en ella lo que hay de más esencial en otras estructuras culturales, a saber, los goces pacíficos, o más bien simbólicos, culturalmente determinados y fundados, del amor de la madre, es decir, del polo con el cual el sujeto está vinculado por un lazo, para él, incuestionablemente natural. La asunción de la función del padre supone una relación simbólica simple, donde lo simbólico recubriría plenamente lo real. Sería necesario que el padre no sea solamente el nombre del padre, sino que represente en toda su plenitud el valor simbólico cristalizado en su función. Al menos en una estructura social como la nuestra, el padre es siempre, en algún aspecto, un padre discordante en relación a su función, un padre carente, un padre humillado. Hay siempre una discordancia marcadamente neta entre lo que es percibido por el sujeto en el plano de lo real y la función simbólica. En este intervalo yace lo que hace que el Complejo de Edipo tenga su valor : para nada normatizante sino, es el caso más frecuente, patógeno. (J. Lacan 1993:56)

Atravesar el Complejo de Edipo, constituye al individuo en sujeto, sujeto que ingresa a la cultura, que puede interactuar objetivando, representándose en la actividad discriminativa y estructurante, incorporándo los parámetros de la realidad social.

La imagen objetivada junto con una carga de afectos, valores y condiciones de naturalidad, configuran los conceptos y las categorías del lenguaje, posibilitando el entendimiento.

« Al insertarse el esquema objetivado dentro de una red de significaciones, la representación social adquiere una funcionalidad reguladora de la interacción grupal, una relación global con los demás conocimientos del universo simbólico popular. » (Moscovici ; 1979:18)

Si el sujeto es primero en otro, donde el sujeto se ve, ve su propia imagen en el espejo en un momento en que se percibe como un todo, cuando él mismo no se experimenta como tal, sino que vive en el desasosiego original de todas las funciones motrices y afectivas que es propio de los primeros meses, lo que lo enfrenta a la muerte. Experiencia constitutiva de su condición humana, y que en relación con el otro semejante se constituye en Sujeto, mediatizado por la función parental, que es a la vez función de palabra y función de amor.

Es la producción y transmisión de leyes, reglas morales, las que implican la instalación de un orden cultural, siendo las creencias, los mitos, las costumbres, las instancias que sostienen y portan lo cultural.

Levi- Strauss sostiene que  » la cultura sustituye, utiliza y tansforma a la naturaleza, para realizar una síntesis de un nuevo orden. » (Boivin,M. ; Rosato, A. ; Arribas, V. ;1999:94) Para mostrar que la cultura transforma a la naturaleza, Levi-Strauss reúne un elemento de las dos características principales de cada estado : la universalidad de la naturaleza y la regla en la cultura y encuentra que la única regla con carácter universal es la prohibición del incesto, es decir todos los pueblos tienen una relación que está prohibida. Dicha prohibición se va a establecer de modo particular en cada sociedad. Al establecer esta regla se conforma un nuevo orden, un nivel diferente de organización. El comienzo de la organización social consiste en la prohibición del incesto. Esta regla funda « la cultura ».

Abordar la cultura como un nivel de producción de sentido reafirma la referencia a lo familiar como lugar donde se establece a través de la lengua materna este primer momento de la producción de un espacio para ese infans, en este espacio preparado para que un sujeto advenga hay historia, hay un entrelazado de historias que será puesto a disposición del infans para su interiorización, que luego el sujeto en la dimensión simbólica podrá o no poner en acción desde la intemporalidad del inconciente.

La cultura en el marco familiar produce un efecto de significación- simbolización del sistema social, y es allí que el psicoanálisis hace su intervención tomando la historización actual de los hechos que han determinado ya en su existencia cierto número de vuelcos históricos y si tuvieron ese papel, es ya como hechos de historia, es decir reconocidos en cierto sentido o censurados en cierto « orden ».

« La cultura es un proceso social, pero ese proceso no es algo que se tenga por derecho propio, sino -dice Jameson- es un espejismo que emerge de la relación entre, por lo menos, dos grupos … « Una cultura es el conjunto de estigmas que un grupo porta ante los ojos de otro, y viceversa ». Cuando hablamos de nuestra cultura, lo que estamos haciendo es recuperar el punto de vista de los otros sobre nosotros.

Se advierte un pasaje que va desde las primeras definiciones antropológicas de cultura que la conceptualizaban como algo que cada grupo autoafirmaba y que lo diferenciaba de otros hasta llegar a enunciar que el lugar y la mirada del otro es constitutiva de la propia cultura. Esto último hace referencia a la estructuración subjetiva. Parafraseando a Lacan « la pulsión viene del Otro », es decir es ese Otro primordial -la madre- la que le aporta al individuo lo necesario para ser, siendo ello no solo el alimento sino el sostén, la mirada. Es el Otro el que le da al infans el deseo que viva, ya que si no hay Otro que lo sostenga desde lo biológico a lo metafórico irremediablemente iría hacia la muerte.

b) El mito

El mito está en el lenguaje y al mismo tiempo mas allá del lenguaje. El mito se define por un sistema temporal, es decir se refiere siempre a acontecimientos pasados.  » Pero el valor intrínseco atribuido al mito proviene de que estos acontecimientos que se suponen ocurridos en un momento del tiempo, forman también una estructura permanente. Ella se refiere simultáneamente al pasado, al presente y al futuro. » (Levi Strauss 1968 : 189) Esta estructura es a la vez histórica y ahistórica. El carácter específico que hemos reconocido al tiempo mítico es a la vez reversible e irreversible, sincrónico y diacrónico. El mito es en cada momento una institución actual de un producto del pasado.

El sistema totémico es la base de todas las obligaciones sociales y limitaciones éticas de la tribu  » … hemos de mencionar aquella peculiaridad del sistema totemista en virtud de la cual reclama el interés también del psicoanalista. Casi en todos los lugares donde rige el tótem existe también la norma de que miembros del mismo tótem no entren en vínculos sexuales recíprocos, vale decir, no tengan permitido casarse entre sí. Es la exogamia conectada con el tótem. » ( Freud 1913-14 : 13-14)

En los preceptos, las normas de evitación de los pueblos se propone establecer la regulación de la elección matrimonial ; dicha regulación se concibe como medida protectora contra el incesto posible. En tanto se establece lo no posible, ello define lo posible.

« En su vida anímica inconsciente, pues, las fijaciones incestuosas de la libido siguen desempeñando – o han vuelto a desempeñar – un papel principal. Por eso hemos llegado a proclamar como el complejo nuclear de la neurosis el vínculo con los padres, gobernado por apetencias incestuosas ». (Freud 1913-14 : 26)

« No carece de importancia que los pueblos salvajes puedan mostrarnos que también sienten como amenazadores, y dignos de las más severas medidas de defensa, esos deseos incestuosos del ser humano, más tarde destinados a la condición de inconscientes. » (Freud 1913-14 : 26)

En tanto haya instancia de prohibición se regula el monto pulsional. L.Strauss afirma que lo que se regula en la prohibición del incesto son los instintos sexuales. También Freud apeló a la construcción del concepto de pulsión para dar cuenta del límite entre lo somático y lo psíquico. Ambos autores coinciden que para ponerle un límite a la naturaleza es necesario hacer una producción humana. Pareciera que para hablar de un sujeto atravesado por la cultura la pulsión debe tener su instancia de represión psíquica.

La relación del hombre con el mundo nunca es directa. El medio es el mito, del cual depende la estabilización de una realidad compartida.

Pensamos el mito como una novela donde se opera una construcción que da lugar a una operación en el seno de lo familiar. Operación que viene a situar qué lugar se le asigna al sujeto en la estructura familiar y qué hace el sujeto con dicha asignación. El mito familiar es aquel articulador del sujeto a un lugar dentro de la escena familiar, es decir es el articulador entre « la multiplicidad de resonancia que van del cuerpo materno al lenguaje, en el marco de una cuestión de fondo : paso de lo Real al significante, acceso del animalito desamparado a la cultura ». (Rodulfo 1992 : 92)

Lo que ha operado en el mito – Complejo de Edipo – es la represión. Las relaciones que se presentan implicadas en el Edipo, son la relación con la identificación en tanto vínculo más primitivo -identificación narcisista- y más definida – la identificación con el ideal del yo- ; y el deseo como deseo del Otro, deseo del deseo del Otro, que supone la identificación. Los ejes deseo e identificación, del amor y de la agresividad, de la oposición entre el principio de placer y principio de realidad, de los registros del proceso primario y del proceso secundario, nos ponen frente a la operatoria del mito, que explicita los hechos y las variantes de la estructura.

En el mito vuelve a jugarse la operatoria del Complejo de Edipo en tanto permite entrar en la prohibición, norma que podrá producir una transformación. ¿ Cuál sería dicha transformación ? Pasar de lo primitivo a lo complejo. Esta prohibición tiene que ver con la represión, con que no todo se puede, habrá algunos puntos a los que no se podrá acceder, en cada sociedad habrá determinadas mujeres con las que no se podrá. En relación al sujeto  » esa madre no es para el niño ». La prohibición se establece simbólicamente mediante el Complejo de Edipo, complejo que le ofrece al niño dos posibilidades : – situarse de manera masculina en el lugar del padre y como él, mantener comercio con la madre, siendo el padre sentido como un obstáculo, o – la otra posibilidad sustituir a la madre y hacerse amar por el padre, con lo cual la madre quedó sobrando. En esta tramitación el pene cumplió un papel, que de ello da cuenta su sentimiento de órgano, no tuvo ocasión aún para dudar que la mujer posee pene. La posibilidad de la castración, el descubrir que la madre es castrada, puso fin a sus dos posibilidades, acontecer que deriva del Complejo de Edipo. Porque ambas lo enfrentan con la pérdida del pene, una, la masculina en calidad de castigo, la otra, la femenina como premisa. La autoridad de los padres introyectada en el yo es lo que forma el núcleo del Super-yo, toma del padre su severidad, perpetúa la prohibición del incesto y las aspiraciones libidinales del Complejo de Edipo. El proceso en su conjunto salvó una vez a los genitales, alejó de ellos el peligro de perdida, y los paralizó, canceló su función en el período de latencia. El proceso es más que una represión cuando se consuma idealmente, a una destrucción y cancelación del Complejo de Edipo. Decimos que este proceso es simbólico en tanto alberga su eficacia en el lenguaje. La palabra, el lenguaje, agentes que producen efecto de corte, en tanto exista Otro que hable, Otro que descifre y opere en el contar, trasmitir el mito, es decir, poder decir en tanto sujeto, « sujeto castrado ». Es ahí donde el mito se hace presente en el lenguaje y al mismo tiempo más allá del lenguaje, operando en la estructura del sujeto.

Hablar del Complejo de Edipo, es hablar de la Función del Padre en tanto significante de la castración, en tanto función del lenguaje que normatiza, ordena y hace presente la Ley. Representa la interdicción y está ligado a la Ley primordial, Ley de prohibición del Incesto.

De lo que se trata es que el padre pueda operar esta metáfora, es decir que pueda sustituir al significante materno para dar lugar a que ese niño se corra del lugar de objeto, como objeto que completaba a su madre, para ser en un lugar propio. El sujeto depende del significante para hacerse sujeto, necesita ser nombrado, separado, para poder ser.

Consideraciones Finales :

Para constituirse en sujeto interviene algo del orden de la cultura, no es algo que viene de adentro -instintos-, ni todo viene del medio ambiente ; hay que agregarle una producción humana que es el mito, las creencias familiares.

La estructura del sujeto la encontramos en el mito familiar. El eje de la constitución subjetiva no pasa por el cuidado de las necesidades, sino que tiene que ver con el lenguaje, por allí se va a poder insertar en la cultura.

La cobertura de las necesidades no garantiza la operación simbólica, la madre va a mediatizar el discurso del mito familiar, esto es función materna, es decir mediatizar todo lo que tiene que ver con la cultura y lo lanza a lo simbólico.

En un primer momento inaugural del sujeto, se funda la relación narcisística, se funda la dupla narcisística madre- hijo, y el comienzo del Edipo. La madre no puede sostener la función sola por mucho tiempo. La función paterna abre la célula narcisística, instala algo del orden de la cultura y de la ley. La función del padre es función del lenguaje, es función de sustitución metafórica, sustituye la función materna por el significante del Nombre del Padre y deja al niño como interrogante frente a ese deseo. Lo que está en juego en esta operación es la de dirigir la libido hacia otros objetos por fuera del objeto primordial, la madre. Al entrecruzar estas dos disciplinas intentamos dar cuenta que el psicoanálisis toma lo sociocultural, a través del discurso de los padres, siendo el discurso el vehiculizador del deseo de los padres, que instala al sujeto en un lugar a ocupar.

La antropología estudia al ¨otro cultural¨, con sus creencias, hábitos, costumbres, mitos. El psicoanálisis se ocupa del sujeto cultural, ya que sino está inserto en una cultura no es un sujeto. El psicoanálisis sostiene que para estar en la cultura, el sujeto tiene que haber atravesado la prohibición universal. Punto de encuentro con la antropología.

Levi Strauss explicita que el comienzo de la organización social se da a partir de la prohibición del incesto. Esta regla funda la cultura. Dicha prohibición es la que se instala en el pasaje por el Complejo de Edipo. Lo que allí se opera es la posibilidad de estructurarse como sujeto autónomo y sexuado. Mediante esta operación se pasa del grupo primario a interrelacionarse con otros grupos.

Bibliografía

1913-1914. S Freud. ¨Totem y tabú.¨ Amorrortu Editores.

1953-54. J. Lacan.Seminario 1¨Los Escritos Técnicos de Freud.¨Ed. Paidós.

1945. Saussure. Introducción a la Linguística General. Ed. Losada. S.A

1968. Levi Strauss. Antropología Estructural. Ed. Eudeba.

1979 Moscovici. El psicoanálisis, su imagen y su público.

1984. García Canclini, N. ¨Ideología y Cultura¨. Cursos y Conferencias, UBA.

1992. Rodulfo. « Clínica Psicoanalítica en Niños y Adolescentes ». Ed. Lugar.

1993. J. Lacan Intervenciones y textos. Ed. Manantial.

1996.Cuche, D. ¨La noción de cultura en las ciencias sociales¨. Ed. Nueva Visión.

1999. Boivin,M. ; Rosato, A. ; Arribas, V.¨La Otredad.¨ Ed. Eudeba.

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